Cinco palabras para las estaciones
Prosiguiendo con el ritmo natural de la existencia y en armonía con la esencia cíclica de la vida, retomo de nuevo la escritura; causalmente poco después de haber realizado la práctica del Kakizome – primera caligrafía del año –, tradición japonesa que reúne a miles de estudiantes, practicantes y maestros de caligrafía, concentrados todos en un mismo fin: escribir las primeras palabras del año, con el deseo de que el pulso transmitido en cada palabra, influya de manera positiva en el curso vital de las próximas cuatro estaciones.
Entiendo las tradiciones como legados de tiempos pasados, herencias generacionales que nos ayudan a respetar y mantener con vida valores simbólicos, gracias a los cuales nos vinculamos con la esencia de la humanidad. Cuando las tradiciones forman parte del aprendizaje de un arte como la caligrafía, representan una entrega que se concede de generación en generación, dentro del mismo proceso vital de la enseñanza. De esta manera, la práctica del kakizome, me ha sido entregada como una tradición a seguir dentro de la Vía del Shodo – camino de la escritura -, a través del cual nos encontramos con nuestro espacio interior, reconociéndonos en el aquí y el ahora en cada trazo que escribimos.
Seleccionar las palabras para la primera caligrafía del año, es como elegir un regalo para compartir más allá de las fronteras de mi propio ser. La práctica en sí, es comparable a realizar un viaje extraordinario, en el que las palabras representan nuestro valioso equipaje, mientras que el papel y el pincel son los compañeros que elegimos para recorrer la travesía. Al disponer el espacio, desplegamos el mapa que nos mostrará el territorio a seguir.
Una vez que los elementos están listos, llega el momento de preparar la tinta para comenzar la andadura. Siguiendo un ritmo pausado pero continuo, casi solemne, se abren las puertas a un estado meditativo en el que también se disuelven los pensamiento, el tiempo, las distancias… en el tintero, el agua clara alcanzará un tono negro profundo, al tiempo que se hace presente la compañía de un gran grupo de personas, que en lugares distantes del mundo, también se preparan para el inicio del kakizome.
El pincel se impregna en la tinta mientras la mirada se abstrae sobre el papel. Pulso y respiración conforman el compás que orienta y conduce, desde el primer trazo hasta el último. Al concluir, las palabras quedan manifiestas, lentamente el pincel retoma su lugar.
En esta ocasión, son cinco las palabras que se han congregado en mi caligrafía. Cinco palabras que deseo ofrecerles como compañeras para vuestro camino de los próximos meses.
Salud – Sinceridad – Voluntad – Paz – Reflexionar
Luego de escribirlas, han permanecido durante doce días suspendidas enalteciendo mi estudio. Finalmente, como parte imprescindible del ritual que establece la tradición, las he entregado al abrazo del fuego.
Dicen en Japón, que si las cenizas del kakizome alcanzan las alturas, la habilidad caligráfica de quien lo ha escrito mejorará durante ese año. Hemos tenido suerte, el viento ha estado a favor esa noche, mientras las cenizas remontaban hacia el cielo, este proverbio tibetano llenaba mi corazón:
“La palabra debe ser vestida como una diosa y elevarse como un pájaro”
que interesante…emocionante…muchas gracias
Gracias a ti Susana por tu sensibilidad.
María Eugenia, me encanta tu caligrafía, armoniosa e impecable, como siempre, más que una página es un estado de ánimo. Felictaciones.
Leonor
Leonor, me gusta tu apreciación y si, es un estado de ánimo. Gracias por tus palabras, seguiremos compartiendo….
Aun sin ver la mano de la maestra que lo ejecutaba, la discípula reconoció su trazo…acojo estas palabras una por una. Gracias por tu regalo.
Mi Mariale, estés donde estés, siempre estás presente y muy cerca, ese es el regalo.
Muchísimas gracias por tu mensaje de expansión a los demás. Me haces sentir que no estoy sola en el Camino de la tinta y el pincel y te considero mi maestra.
M. Angeles, gracias a ustedes que hacen este compartir posible. Cuando me necesites aquí estaré.
Y que foto tan magnífica (la primera) ! En ella, tu pincel parece una flecha con la que has lanzado estas cinco palabras o un halcón encapuchado que no quiere ver donde irán al transcurrir el año. Gracias por el momento de felicidad que nos proporcionas viéndote escribir.
Que bonita metáfora la de la flecho o el halcón! Gracias Anna.
Doña Maria Eugenia, He seguido su libro de Sumi-e y sus escritos en el blog desde hace algún tiempo, pero este video me ha tocado profundamente Gracias.
Desde Costa Rica, America Central
Paz y Gratitud
felix saez de ibarra
Paz también para ti Felix y gracias por estar presente en la distancia.
Querida Eugenia…GRACIAS por tanta belleza, por acercar energía de la cultura oriental a ofrendando la posibilidad de sentir también esa tranquilidad…
Un profundo abrazo
Otro abrazo para ti Andi y gracias de corazón a corazón!
gracias Maria Eugenia por tus regalos que no me hacen olvidar la esencia del sumi-e, bellisima caligrafia cual flecha que apunta y da
Roser, que bien mantener esa esencia presente y que hermosos sentimientos nos llenen el corazón. Gracias a ti!
Gracias por compartir tan bello regalo
Silenciosamente tu siempre estás cerca, gracias Anna!!
Que cosa más linda, relajante y que me permite en estos momentos tan convulsos que vivimos en Venezuela abrir una ventana y que entre fresco……….. Te felicito. Un fuerte abrazo.
Maria Elena, tus palabras son un bálsamo en estos momentos. Pensar que puedo aportar un respiro desde la distancia, me ayuda a seguir compartiendo estos trazos que llenan mi mundo. Con un abrazo, gracias de todo corazón.