Zen en el Arte del Tiro con Arco

Escoger un libro para comenzar esta sección no me ha resultado tan sencillo.

Así que considerando que continuaré agregando libros más adelante, deje de darle vueltas al asunto y me pregunté: cuál es el libro que nunca dejarías?

Ese es el libro, el que después de muchos años de leerlo, todavía al abrirlo en casi cualquiera de sus páginas, me asegura la posibilidad de redescubrirlo. Con sus 111 páginas, un grosor menor a un centímetro, una tipografía de buen tamaño, que se deja leer con facilidad, entre amplios márgenes y espacios entre líneas que me permiten respirar y reflexionar. Ese libro, que con solo tenerlo entre las manos ya me siento a gusto

Zen en el Arte del Tiro con Arco Eugen HerrigelZen en el Arte del Tiro con Arco, escrito por Eugen Herrigel, traducido del alemán y publicado por primera vez en castellano, por la editorial argentina La Mandrágora en 1959, con el título “Zen y el Arte de los Arqueros Japoneses”. Posteriormente en 1972 otra editorial argentina KIER S.A., retomó la redición del libro, con el título que se mantiene hasta el momento, alcanzando así un buen número de reediciones en su solapa.

Particularmente yo lo tengo bastante subrayado y con las páginas señaladas. Además, como es una edición en papel reciclado y con unas cuantas decenas de años, al abrirlo tiene ese olor delicioso de los libros que, al igual que los vinos, ganan con el tiempo.

Para los que ya lo han leído, se los recuerdo y para los que no, se los recomiendo. Sin ánimo de adelantar, resumir o pasarles un tráiler, solamente les copio algunas de las líneas que tengo subrayadas.

De la introducción de Daisetz T. Suzuki:

El hombre es un ser pensante, pero sus grandes obras las realiza cuando no calcula ni piensa. Debemos reconquistar el “candor infantil” a través de largos años de ejercitación en el arte de olvidarnos de nosotros mismos. Logrado esto, el hombre piensa sin pensar. Piensa como la lluvia que cae del cielo; piensa como las olas que se desplazan en el mar; piensa como las estrellas que iluminan el cielo nocturno, como la verde fronda que brota bajo el tibio viento primaveral. De hecho, él mismo es la lluvia, el mar, las estrellas, la fronda.”

De la página 50:

«El arte genuino – exclamó entonces el maestro- no conoce fin ni intención! Cuando más obstinadamente se empeñe usted en disparar la flecha para acertar en el blanco, tanto menos conseguirá lo primero y tanto más se alejará de lo segundo. Lo que le obstruye el camino es su voluntad demasiado activa. Usted cree que lo que usted no haga, no se hará.

De la página 52:

Pero. ¿Por qué anticipar con el pensamiento lo que solo la experiencia puede enseñar?

Zen en el Arte del Tiro con Arco Eugen Herrigel